El protocolo de la Estelada en el fútbol
Mucho se ha hablado de la utilización de las banderas en los partidos por la situación actual de Cataluña. He leído a expertos jurídicos sobre su posible ilegalidad o no, pero desde el punto de vista social, todas las opiniones vertidas las encuentro sometidas a la ideología del que las emite, sin el necesario rigor de objetividad que el asunto requiere.
Cada uno es muy libre y tiene derecho a expresar su opinión, cómo no, pero no he observado un análisis verdaderamente objetivo de esta cuestión. Así que analicemos.
Utilizar una tela con unos colores determinados que representen y simbolicen intereses sociales de un grupo determinado de población, sea del ámbito que sea, sí se debe considerar una bandera de ese grupo. Por ejemplo, todos tenemos claro que la bandera arco iris, representa el movimiento gay que se ha reconocido en todo el mundo.
De esta manera, llegaremos a la conclusión de que la estelada representa los intereses de una serie de personas que tienen inquietudes independentistas. Ahora bien, ¿esto significa que sea una bandera ilegal?
La estelada, no es ilegal. Es conveniente distinguir entre banderas oficiales y banderas ilegales e incluso banderas preconstitucionales (que no son ilegales, pero que no son oficiales). Banderas oficiales son, según la Constitución, la de España y las de las comunidades autónomas. Pero eso no implica que el resto sean ilegales. La bandera de cualquier institución privada no es oficial, pero no tiene por qué ser ilegal.
En cuanto a la estelada, supuesto el caso de reconocerla como una bandera, sería, una bandera no oficial, pero de ninguna manera inconstitucional o ilegal, lo mismo que pasa con la bandera republicana.
Lo que sí puede ser ilegal es el uso que se haga, no solo de la estelada, sino de cualquier otro símbolo, leyenda, cartel, etc. en un acto público o privado.
En base a todo ello, desde el punto de vista protocolario del uso de las banderas, la utilización de la estelada por personas privadas en un evento deportivo (que no es un acto oficial) y que no se realiza en un edificio público, no debería haber discusión en cuanto a su legalidad, salvo el simbolismo que le quieran dar aquellos que lo utilicen.
Una vez más, estamos observando cómo se utilizan elementos protocolarios como armas políticas arrojadizas en función de unos intereses determinados.Todo el mundo tiene derecho a utilizar la bandera que considere, siempre y cuando no se vulnere ninguna ley o norma establecida. Otra cosa es que su uso llame a vulnerar normas de convivencia, como puede ser la violencia o la homofobia.
Una vez más, estamos observando cómo se utilizan elementos protocolarios como armas políticas arrojadizas en función de unos intereses determinados.Todo el mundo tiene derecho a utilizar la bandera que considere, siempre y cuando no se vulnere ninguna ley o norma establecida. Otra cosa es que su uso llame a vulnerar normas de convivencia, como puede ser la violencia o la homofobia.
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